Cuando tenemos un queso en la nevera y lo queremos consumir, debemos sacarlo y dejarlo atemperar para que este en su estado óptimo. La temperatura ideal es entre 18°c y 20°C en el caso de los blandos, y entre los 22°c y 24° c en el caso de los quesos duros o semi duros.
Es importante saber que los quesos son alimentos vivos, por lo que es normal que generen hongos. Tanto los quesos duros como semi-duros los podremos consumir sin problemas, no así como los quesos blandos como el Queso Fresco, Brie, Camembert o Mozzarella.
Para mantener los quesos duros y semi-duros por más tiempo se deben refrigerar dentro de un tupper o envueltos en papel film para evitar que se contamine con otros olores y que se seque.